La Eucaristía y la boda

En este blog ya hemos hablado de otros sacramentos que se celebran junto con el de la Eucaristía. Hemos visto la misa de las Confirmaciones, la misa de la Unción de Enfermos, la misa con la Reconciliación y las primeras comuniones.
Pues hoy toca hablar de las bodas. Este fin de semana hemos podido disfrutar de la boda de Julio y Laura dentro de una Eucaristía preciosa. Preparada desde el principio hasta el final, con los cantos elegidos y ensayados (que podéis escuchar aquí), con un ofertorio participado por todos los bachilleres del grupo que acompañan Julio y Laura, y con un cura inspirado que ayudó a que todos disfrutáramos de la alegría de la celebración.

La gente que no pertenece al Grupo no está acostumbrada a bodas tan participadas y tan expresivas. Algunas personas comentaron que se emocionaron ya desde el primer canto. Otros se asombraron de la cantidad de gente que se acercaba a comulgar y, en general, todo el mundo pudo celebrar el sacramento del matrimonio que los ministros contrayentes se administraron mutuamente. (El cura no los casa, se casan ellos)

El folleto con las letras de las canciones y las lecturas de la misa es un detalle que refleja el deseo de los novios de que todo el mundo participara con intensidad.

Pero no todo resultó fácil. Las dificultades que nos pusieron en la parroquia con el coro, con las ofrendas, con la duración de la boda, te dejan pensando cómo puede haber gente en la iglesia que sea así. Estos son algunos detalles incomprensibles que habrá que acoger con cariño:
- El organista nos dijo al acabar, que si no sabíamos que en esa iglesia estaba prohibido cantar la Salve Rociera. Ellos se lo pierden.
- El párroco tenía mucha prisa por terminar y pidió que la boda durara media hora. Al final duró más de una hora.
- Nos explicaron que tenían otra celebración pero a diferentes personas nos dijeron diferentes horas, que si a las cinco, que si a las cuatro, que si había que abrir la iglesia a las tres y media y a uno le llegaron a decir que tenían una celebración a las tres. Al final no te crees nada de lo que te dicen.
- En su afán por terminar pronto nos dijeron que no podíamos hacer una procesión de ofrendas. Pero los bachilleres con sus velas y sus ofrendas leyeron todo lo que habían preparado y guardarán el recuerdo de su participación.
Sergio, con buen criterio, presidió la misa con agilidad pero sin premura y pudimos celebrar todo lo que estaba previsto.

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