Hay una canción del grupo Ain Karem que nos explica la necesidad de la Eucaristía. La introducción del disco y la letra de la canción son una maravilla: Contemplando a Jesús, que se entrega y se nos regala en la Eucaristía, podemos llegar a experimentar el deseo de Él, de su Alimento, de su Vida. La contemplación de nuestro mundo sufriente también provoca esta sed desgarradora. Sólo Tú, Señor, puedes saciar nuestra hambre y nuestra sed de Justicia y de Amor. DANOS DE TU PAN, DANOS DE TU VINO. Hambre y sed de Tí Dame de tu Pan, de tu Cuerpo compartido dame a beber de tu Sangre vertida en amor y hazme una en ti, párteme contigo repárteme entre quienes tienen hambre y sed Hazme una en ti , párteme contigo repárteme entre quienes tienen hambre y sed de ti Tengo hambre de ti, siento sed de tu justicia, ante el dolor de mi pueblo, ante el llanto de mi gente ante el temor a la muerte tengo sed, tengo sed de ti
Cerramos los ojos cuando queremos concentrarnos en algo. Cerramos los ojos para aislarnos del mundo. Cerramos los ojos cuando queremos hablar con Dios sin distraernos... ¿Pero cerramos también los ojos cuando estamos en misa? El otro día comentaba un amigo su manera de vivir la Eucaristía y me decía: "hago propósito de no cerrar los ojos". El sentido que le daba a este gesto es el de reforzar la dimensión comunitaria de la Eucaristía. Cuando cerramos los ojos nos concentramos en la relación personal con Dios, pero nos olvidamos de que estamos haciendo una oración comunitaria. Estamos todos juntos haciendo lo mismo pero, si cerramos los ojos, no nos enteramos de lo que hacen los demás. Hemos empezado esta cuaresma con la lectura "Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido...". La oración personal es una clave fundamental de nuestra relación con Dios, pero no la podemos confundir ni sustituir por l...
( Pulsar aquí para ver el artículo completo ) Hoy os traigo una canción de Cristóbal Fones basada en el poema de Pedro Casaldáliga que escuché el viernes pasado en RezandoVoy.org . La fuerza de la Eucaristía impulsando al hombre desde dentro es capaz de traer el Reino de Dios a la tierra. Mi Cuerpo es Comida Mis manos, esas manos y Tus manos hacemos este Gesto, compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y en Tu vida. Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. Comiéndote sabremos ser comida, EI vino de sus venas nos provoca. El pan que ellos no tienen nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y subversiva Eucaristía. Pedro Casaldáliga
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