El que parte y reparte se queda con la mejor parte
Este refrán castellano ilustra la picaresca del que se aprovecha de su posición de juez y parte para llevarse la mejor tajada de un reparto. Pero en este contexto de la Eucaristía le podemos dar otro sentido más profundo si nos fijamos en el momento de repartir la Comunión. El sacerdote es el que preside la celebración del misterio de la presencia de Jesús en el pan y el vino, pero para ayudar a que recibamos el cuerpo y la sangre de Cristo suele haber otras personas especialmente escogidas y preparadas. En las ocasiones en las que he podido distribuir la comunión he experimentado el papel de transmitir a Dios con toda mi limitación. Si te paras a pensarlo te quedas asombrado de que has tenido a Dios en tus manos y de que Él te ha escogido para que lo distribuyas a otras personas. Todavía recuerdo la ocasión de una misa de pueblo a la que asistí con mis padres y en la que el sacerdote pidió ayuda y me ofrecí para hacer las lecturas. Al llegar el momento de la comunión me pidió que ...